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¿Has escuchado la famosa frase: “¡Ya no creo en el amor!”?, yo la he escuchado en cientos o miles de veces y por lo general esas palabras provienen de una persona que recientemente ha tenido una mala experiencia en el ámbito amoroso.

Y es que es muy difícil que alguien no tenga un desilusión sentimental en su vida, creo que todos hemos pasado, muchos están pasado y otros pasaran por situaciones que nos querrán hacer creer que el amor no existe o que simplemente no es para nosotros.

Pero la pregunta es: ¿Realmente no existe el verdadero amor?, ¿Está bien que ya no crea en el amor?, ¿Es correcto que piensa de esa manera y cierre mi corazón totalmente?

Este artículo quiero dedicarlo especialmente a todas aquellas personas que en algún momento tuvieron una desilusión sentimental y eso ha llevado a que ya no crean en el amor.

Desilusiones sentimentales

Toda persona que hoy en día dice no creer más en el amor, seguramente paso por una desilusión sentimental que ahora la ha llevado o lo ha llevado a creer que el amor no existe.

Esta persona que ahora piensa esto acerca del amor, quizá fue una persona que dio todo de sí para que esa relación funcionara, quizá amo a esa persona como quizá nunca había amado, pero lastimosamente no fue correspondida de la forma que hubiese querido o simplemente a quien amo solo jugó con sus sentimientos.
Quizá te preguntes: “¿Qué hice de malo?”. Y a lo mejor aparentemente no hiciste nada malo. Y es que en una relación existen dos personas, y no necesariamente tuviste que ser tú el que hizo algo malo para que la relación terminara en una desilusión total. Quizá diste todo de ti, quizá entregaste toda tu disposición para que esa relación funcionara, creíste en lo que en algún momento te prometieron, pero sin embargo todo fue vano y termino de la forma más dolorosa que ni siquiera pensaste.
Y es que a veces también las desilusiones provienen de malas decisiones, quizá desde un inicio sabias que esa persona no era para ti o que no tendrías un futuro con él o ella, quizá porque nunca mostro verdadero interés en ti, quizá porque nunca te tomo en serio o simplemente fue claro contigo desde un inicio, pero tú “amor” u “obsesión” en esa relación te llevo a hacer ideas que tal vez la situación podría cambiar al dar todo de ti, pero eso no fue así, las cosas no funcionaron y ahora te encuentras en una situación cual nunca hubieras querido encontrarte.

Tú corazón roto, tus sentimientos destrozados, todo lo que un día pensaste se esfumo, ahora te encuentras solo o sola, triste, llorando cada noche, mientras recuerdos a tu mente te atormentan y no te dejan en paz, mientras te preguntas una y otra vez: ¿Qué hice mal?

Ahora esa misma desilusión te ha llevado a crear un tipo de barrera emocional, no quieres que nadie te hable de amor o de temas que tengan que ver con los sentimientos. Te has convertido en una persona que no eras, ahora el mal humor se ha apoderado de ti, después de ser una persona con una hermosa sonrisa, te has convertido en una persona amargada y enojada con la vida misma.

Estas tan cerrada o cerrado en que ahora ya no crees en el amor, que ya no te quieres dar nunca una oportunidad. Crees que es mejor estar solo, cuando en realidad tú bien sabes que no naciste para vivir en soledad toda tu vida. Una o varias desilusiones te han llevado a pensar que todos son iguales, que no hay nadie que ame de verdad o que nunca serás correspondida o correspondido cómo quisieras serlo.

La pregunta es:

¿Realmente no existe el verdadero amor?

Ahora bien, tú dices que ya no crees en el amor, como quien dice que el amor verdadero no existe, pero el hecho que lo digas o lo pienses no significa que sea verdad.

En la Biblia podemos encontrar varias historias de amor y amor verdadero, un Abraham con su amada Sara esperando la promesa de Dios. Un Isaac con su amada Rebeca, un Jacob que trabajo muchos años para que se le permitiera casar con su amada Raquel. Un David que se enamoro de Betsabé, un Salomón enamorado de la Sulamita a quien le dedica todos los versos que encontramos en Cantares. Pero hay una historia que en lo personal considero una historia de amor maravillosa y es la que se narra sobre María y José.

Cuenta la historia de María y José lo siguiente: “Este es el relato de cómo nació Jesús el Mesías. Su madre, María, estaba comprometida para casarse con José, pero antes de que la boda se realizara, mientras todavía era virgen, quedó embarazada mediante el poder del Espíritu Santo. José, su prometido, era un hombre bueno y no quiso avergonzarla en público; por lo tanto, decidió romper el compromiso en privado. Mientras consideraba esa posibilidad, un ángel del Señor se le apareció en un sueño. «José, hijo de David —le dijo el ángel—, no tengas miedo de recibir a María por esposa, porque el niño que lleva dentro de ella fue concebido por el Espíritu Santo.” Mateo 1:18-20 (NTV).

El relato lo explica muy claro, María y José estaban comprometidos para casarse, sin embargo María queda embarazada por obra y gracia del Espíritu Santo, ¿Qué novio se creería esa historia?, ¿Quién de nosotros si la mujer con la que nos vamos a casar sale embarazada y no es de nosotros le creeríamos que es obra del Espíritu Santo?, lo que estaba sucediendo era para no creerlo y acusar a María, porque José podía acusarla y María podría ser juzgada por eso. Sin embargo el amor que José tenía por María era tan grande que prefería huir para que la gente pensara que él la había embarazado y había huido, en pocas palabras, la había abandonado en su embarazo.

Pero Dios tenía un plan perfecto, le hizo entender a José que todo era parte del Plan que Él tenía, José demostró su amor por María que se quedo con ella y enfrento junto a ella toda adversidad, esa decisión que Él tomo solo podría ser el resultado de un VERDADERO AMOR.

¡El verdadero amor existe!, el problema es: ¿Dónde lo estas buscando?, si buscas el verdadero amor en una persona que no ama a Dios, es posible que no lo encontraras, pero si buscas el amor en una persona que es temerosa de Dios y que ama a Dios no solo de labios sino en verdad, entonces lo encontraras. José era un hombre temeroso de Dios, ama a Dios y ese amor que tenia por Dios lo hacía también amar a María.

Quizá tú digas: “Pero aun en la Iglesia o gente que ha dicho que es cristiana y que ama a Dios me han tratado mal”, yo te respondería con un versículo: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” Mateo 7:21 (Reina Valera 1960). La Biblia dice sobre alguien que realmente ama a Dios: “Así es, de la misma manera que puedes identificar un árbol por su fruto, puedes identificar a la gente por sus acciones.” Mateo 7:20 (NTV). No solo porque alguien te dijo que ama a Dios o que es cristiano, realmente practica lo que dice, cualquier con la intención de conquistarte puede decir cualquier cosa aunque lo que diga no sea verdad. Tú tienes que saber identificar a las personas, conocerlas muy bien antes de tomar la decisión de entablar una relación. Porque el verdadero amor EXISTE, y si hasta acá no te ha ido bien, examina que es lo que estás haciendo mal o como estas tomando decisiones.

¿Está bien que ya no crea en el amor?, No creo que este bien, porque no creer en el amor en parte también es no creer en Dios, porque Dios es amor. En lo que si pienso que no debes creer es en cualquier persona que venga de primera a decirte cosas “lindas” y a tratar de conquistar tu corazón. Por eso la Biblia nos avisa y nos aconseja: “Sobre todas las cosas cuida tu corazón,    porque éste determina el rumbo de tu vida.” Proverbios 4:23 (Nueva Traducción Viviente).

¿Es correcto que cierre mi corazón totalmente?, No creo que sea correcto tampoco poner una barrera gigantesca a tu corazón. Porque, ¿Qué culpa tiene una persona que sí tiene buenas intenciones contigo sobre lo que a ti te paso anteriormente?, es decir, el hecho que alguien te trato mal o daño tu corazón, no significa que todos harán lo mismo, siempre Dios pone a alguien en tu vida que te tratara mejor de lo que tú piensas, pero si cierras tu corazón lo que estás haciendo es evitar que eso suceda. Tampoco hablo de abrirlo completamente a cualquier que venga, ¡No!, hablo de saber detectar el momento propicio y a la persona indicada para hacerlo. Y eso tiene mucho que ver con la dirección que le pidas a Dios para que te guie a distinguir los momentos.

¿Por qué volver a creer en el amor?

Quizá es lo que tú te preguntas: ¿Por qué volver a creer en el amor?, bueno déjame exponerte algunas razones que aunque humildes considero que pueden ayudarte a tener un mejor panorama sobre este tema:
Primero: Porque fuiste creado con la intención de tener pareja: La Biblia dice: “Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él” Génesis 2:18 (Reina Valera 1960), el mismo pasaje en la versión Traducción en Lenguaje Actual dice: “Luego Dios dijo: «No está bien que el hombre esté solo. Voy a hacerle alguien que lo acompañe y lo ayude»”. Dios que es nuestro Creador conoce muy bien nuestras necesidades, ¿Quién mejor que Dios para conocernos completamente?, Dios sabia que al hombre le falta una compañía idónea y por eso tuvo la brillante idea de crear a la mujer quien seria alguien que lo acompañaría y lo ayudaría. Eso quiere decir que en el plan de Dios está el hecho de que no esté sola o solo. Salvo casos especiales como el apóstol Pablo que teniendo el don de continencia, no tuvo la necesidad de tener esa mujer de su lado.
Segundo: Porque Dios quiere que disfrutemos del amor en el matrimonio: La Biblia dice: “Si quieres disfrutar del amor, disfrútalo con tu esposa. ¡Guarda tu amor sólo para ella! ¡No se lo des a ninguna otra! No compartas con nadie el gozo de tu matrimonio. ¡Bendita sea tu esposa, la novia de tu juventud! Es como una linda venadita; deja que su amor y sus caricias te hagan siempre feliz” Proverbios 5:15-19 (TLA). Dios sabe lo felices que podemos ser al encontrar a la persona idónea, y sabe también que podemos disfrutar del amor, porque ¡EL AMOR EXISTE!
Tercero: Porque el hecho que te fue mal una vez no quiere decir que siempre será así: La Biblia dice: “Guardé en mi corazón lo observado, y de lo visto saqué una lección” Proverbios 24:32 (NVI). Todo fracaso nos debe dejar una lección, la cual debemos de tener presente para no volver a cometer los mismos errores del pasado. El hecho que te fue mal una o varias veces, no significa que será algo continúo toda la vida. Lo que significa es que a lo mejor has estado decidiendo mal o tratando de amar a la persona equivocada. Si aprendes a esperar en Dios y a consultarle todas las decisiones que piensas tomar, entonces Dios te puede guiar a que no te equivoques. No antepongas lo que sientes a lo que realmente sientes. Entrégale a Dios tus sentimientos y pídele que te guie a tomar decisiones que sea de bendición para ti y tus sentimientos.

¡El Amor si existe y debes que creer en él!

No puedes ir por la vida gritando que no crees en el amor o que no hay persona que valga la pena, porque estarás diciendo algo que nace de un corazón dañado. Lo ideal es que puedas permitir que Dios sane tu corazón, aunque eso será un proceso que llevara un tiempo, pero cuando tu corazón este sano por completo de toda herida, podrás pensar mejor y podrás darte cuenta que siempre hay una nueva oportunidad para el amor, más si ese amor proviene de una persona que realmente y sin hipocresías ama a Dios.

La Biblia dice: “Entrega al SEÑOR todo lo que haces; confía en él, y él te ayudará” Salmos 37:5 (NTV). Si comienzas a entregar al Señor todo y a confiar en lo que Él quiere y puede hacer en tu vida, las cosas pueden cambiar, tus pensamientos puedes ser transformados y tu visión de la vida puede ser diferente, pero para eso tiene que entregar toda amargura y dolor al Señor, que es el único capaz de sanarte por completo.

La voluntad de Dios no es que pases amargada o amargado toda la vida creyendo que no hay nada más para ti, pensando que porque tuviste una mala experiencias ya no hay ni habrá algo que pueda cambiar tu estado. Si dejas que Dios obre en tu vida y cuando Él sabe tu corazón, podrás ver más allá del dolor, más allá de la amargura, más allá del sentimiento de engaño y podrás darte cuenta que EL VERDADERO AMOR EXISTE y proviene de personas que realmente aman a Dios.

En su momento Dios pondrá en tu vida una persona especial, que te hará volver a creer en el amor, porque esa persona será la ideal para ti y será mejor de lo que un día pensaste que merecías, te amara como nadie te amo, te respetara, te respaldara, será más de lo que siempre soñaste, y entonces dirás: “Tenía razón, el amor si existe” y entonces serás el hombre más feliz o la mujer más feliz que imaginaste, porque el amor realmente se dio en tu vida, porque supiste interpretar los tiempos y obedecer a lo que Dios te guía y no a  lo que sientes que tienes que hacer.

Dile al Señor:

Salmos 119:570 (RVR1960)

"Mi porción es Jehová;

    He dicho que guardaré tus palabras".
 

¡El amor si existe!, ¡Solo deja que Dios te guié a encontrarlo!

Así como el principio de la sabiduría es el temor a Jehová, se podría decir que en las parejas ese principio es el compartir los gustos, tener pasión por algún arte o ciencia. He visto en los restaurantes cantidad de parejas que comen uno en frente de otro y no se hablan en toda la cena. Digo yo, ¿Cuándo se conocieron de qué hablaban?

 

Se de señoras que llevan sus hijos a un club y practican algún deporte, aunque sea hacer caminatas o gimnasia, y el esposo jamás las acompañan. Esto puede hacer que alguna  de ellas conozca algún “señor simpático” y esto pueda ser principio de dolores de cabeza para ambos. Una amiga mía que quería compartir con su esposo me contó llorando que quería aprender a jugar ajedrez para hacer algo que a él le gustara. Ella no tenía esa capacidad para ese juego ciencia, y en vez de ayudarla y compartir su esfuerzo le dijo que no quería perder el tiempo con una “semi-tarada” que no entendía nada.

 

Así se destruyen las parejas cuando uno de los dos es intransigente y no quiere hacer nada que a ella le guste. El ser humano necesita estímulo sea hombre, mujer, niño o joven, adulto o anciano. Me he dado cuenta de que las parejas que trabajan juntas en una tienda, en un estudio, tienen mucho que compartir. Personalmente recuerdo obras de ópera y música clásica que siempre compartía con mi esposo y me es grato revivir esos momentos aunque hace bastante tiempo que él partió con el Señor.

 

En cuanto a compartir yo lo acompañaba a hacer algún deporte, cosa que me gustaba más o menos, pero había que compartir. La vida de la pareja es un intercambio. Para los creyentes compartir el servicio al Señor, orar juntos, es lo más hermoso que existe, es hablar el mismo idioma que es el del Espíritu Santo.

¿ANDARÍAN DOS JUNTOS SI NO ESTUVIERAN DE ACUERDO?    ( AMOS 3:3)

PorPastora Liliana Spetrilli





“Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.” 
Lucas 9:23 (RVR1960)
A veces se nos olvida que Jesús nos invito a tomar nuestra cruz cada día, también nos motivo a negarnos a nosotros mismos para poderlo seguir, y el hecho que se nos olvide esta invitación hace que nuestra vida “cristiana” se vuelva fría, acomodada y en casos extremos una vida de pecado constante sin el menor sentimiento de culpa.
Yo estoy consciente que para salvarme lo único que tengo que hacer es reconocer a Jesús como mi Señor y Salvador, que no hay obra que me lleve a obtener esa salvación divina, porque la salvación es por GRACIA y no por obras para que nadie se gloríe. Pero a veces nos aprovechamos de esa GRACIA que Dios tuvo a bien otorgarnos.
Si bien es cierto la salvación es por GRACIA, también Jesús vino a motivarnos a vivir una vida que reflejara lo que realmente creemos.
Cuando Jesús nos invitaba a ir tras de Él, a negarnos a nosotros mismos y tomar la cruz cada día, estaba diciendo en pocas palabras: “Dejen de ser lo que eran y lo que quieran y hagan lo que yo quiero que hagan”.
Hay dos traducciones de la Biblia que en lo personal me gustan porque nos dan mas claridad sobre las palabras que Jesús nos estaba diciendo en este pasaje, la primera es:

“Entonces dijo a la multitud: «Si alguno de ustedes quiere ser mi seguidor, tiene que abandonar su manera egoísta de vivir, tomar su cruz cada día y seguirme.” 

Lucas 9:23 (NTV)
Y la segunda y aun mas clara es:

“Después Jesús les dijo a todos los que estaban allí: «Si alguno quiere ser mi discípulo, tiene que olvidarse de hacer lo que quiera. Tiene que estar siempre dispuesto a morir y hacer lo que yo mando.” 

Lucas 9:23 (TLA)
Las dos preguntas tras leer estos versos son:
La primera: ¿Realmente estamos dispuestos a abandonar nuestra manera egoísta de vivir? Y es que seamos sinceros, somos muy egoístas, pensamos siempre en nuestro bienestar, en lo que nos conviene, nos olvidamos que el objetivo ahora de nuestra vida es agradar a Dios y no a nosotros mismos.
La segunda: ¿Estamos dispuestos a olvidarnos de hacer lo que queramos y comenzar a hacer lo que Él nos manda?, la verdad es que en teoría se lee bonito y cualquiera de nosotros no dudaría ningún segundo en decir: ¡Sí, estoy dispuesto!, pero vayamos a la practica, porque para la teoría todos somos muy buenos, ¿Realmente en la practica estoy dispuesto a dejar de hacer lo que yo quiero para hacer lo que Dios quiere?, veamos algunos ejemplos:
¿Estas dispuesto a dejar esa mujer que no es tu esposa?, ¿Estas dispuesto a dejar de tener esas conversaciones malintencionadas con esa persona?, ¿Estas dispuesto a dejar de tener sexo prohibido con tu novia o con esa persona que no es con la que te casaste?, ¿Estas dispuesto a dejar esa amistad que lo único que te causa es la perdición?, ¿Estas dispuesto a dejar de ver pornografía o masturbarte?, ¿Estas dispuesto a dejar de salir a lugares que solo te pervierten?, ¿Estas dispuesto a evitar conversaciones que no te incumben?, ¿Estas dispuesto a amar y cuidar a tu familia en lugar de andar por la vida como que si no te importaran?, ¿Estas dispuesto a dejar de hacer esos negocios malos, que si bien te dejan buena ganancia, no son correctos delante de los ojos de Dios?, ¿Estas dispuesto a dejar de mentir constantemente y sin razón?, ¿Estas dispuesto a sacar de tu corazón esas raíces de rencor y odio?, ¿Estas dispuesto a perdonar a aquellas personas que solo te hicieron daño?
La mayoría de nosotros motivados por la emoción espiritual del momento, decimos ¡Sí! a todo, olvidándonos que más allá de ese si, hay un gran compromiso con nuestro Señor.
Obviamente Dios no te obliga a nada, todo en el Señor es por iniciativa propia, es decir, que yo DECIDO hacer o no su voluntad y como también dependiendo de lo que decida, serán los resultados que obtenga.
Yo se que este es uno de esos temas que escribo que no te gusta leer, prefieres que te anime, prefieres que te diga que todo estará bien y que Dios tiene el control, y la verdad es cierto, Dios obrara en tu vida, esa es la parte de Él. Pero, ¿Tú parte?, si, ya sé que quieres que Dios haga todo por ti, pero ¿Qué estas dispuesto a hacer por Dios?
La mayoría de nosotros llegamos a un momento en donde todo lo queremos fácil, en donde no queremos dar nada de nosotros, sino que Dios dé TODO de Él, pero nosotros no queremos ni llevar esa cruz cada día, al contrario, tratamos de modificar esa cruz para hacerla cada día menos pesada.
Hace varios años vi una ilustración que realmente me gusto mucho, es sobre la cruz, la quiero compartir con ustedes, véanla y reflexiónenla:
Quizá ya habías visto esa ilustración, seguramente hasta la has compartido, pero mi pregunta es: ¿Cuántos nos identificamos con ella?, ¿Cuántos hemos ido recortando la cruz para hacerla menos pesada para nosotros?, ¿Cuántos comenzamos nuestra vida en el Señor tratando de hacer lo mejor, pero cuando los años pasaron nos acomodamos y comenzamos a hacer esa cruz menos pesada?
Hoy quiero invitarte a comenzar de nuevo, a dejar esa comodidad que lo único que esta haciendo es que te alejes poco a poco del Señor, sin darte cuenta ya no eres el mismo, tu vocabulario esta cambiando, tus reacciones también, tu forma de ser ya no es la misma, ahora pasas mas enojado sin razón, ahora piensas de forma diferente, le buscas error a todo y pretexto a lo que se pueda, sin darte cuenta has ido haciendo tu cruz menos pesada y eso te ha causado un cambio para mal en tu vida.
Hoy quiero invitarte a que volvamos al inicio, a esos días en donde todo tu objetivo era agradar a Dios hasta en lo mínimo, ¿Te recuerdas que feliz eras cuando vivías tratando de agradar a Dios?, ¿Te recuerdas que bien la pasabas orando, leyendo la Biblia, sirviendo?, ¿Qué paso?, sí, seguramente comenzaste a modificar la cruz para hacerla mas cómoda.
¡Volvamos al Señor! Que nuestro corazón se vuelva a Él, que la intención de nuestra mente sea siempre agradarlo, no nos acomodemos, no nos aprovechemos de sus bondades, al contrario, agradezcámosle todo lo que ha hecho, esta haciendo y hará en nuestra vida viviendo como hijos de Dios, haciendo que Él se sienta orgulloso de nosotros porque estamos intentando vivir una vida a su agrado y no al nuestro.
Lo lindo de Dios es que siempre nos da nuevas oportunidades, quizá modificaste tu cruz, pero allí esta Él para darte una nueva y decirte: ¡Inténtalo de nuevo! Porque aun hay tiempo.

¡Tomemos nuestra cruz cada día y vivíamos una vida que agrade a Dios!

“Escudriñemos nuestros caminos, y busquemos, y volvámonos a Jehová”. 

Lamentaciones 3:40 (RVR1960)

Todos conocemos, o lo pasamos, o lo estamos sufriendo en este momento en nuestra familia.  Todos sabemos que es muy difícil cuando no se tiene al Señor verdaderamente poder perdonar lo imperdonable. Sólo cuando Jesús está en nuestro corazón es Él quien perdona lo que nosotros no podemos.

Hay matrimonios que se desgastan por diversos motivos, pero hay un tema que muy delicado y doloroso para el hombre o la mujer: La traición. Los más perjudicados son como siempre los hijos de la pareja.  La aparición repentina de “la otra”  o “el otro” es un cataclismo para toda la familia. Sobre todo cuando se trata de una relación que está por traer o ya trajo un hijo al mundo.

Es difícil aceptar al medio hermano y si la madre o el padre dan  muestras de su odio o rencor hace que los hijos se pongan de un lado o del otro y se quiebre todo lo que creían tener, su papá y su mamá. Cuando así están las cosas, pídanle a Dios que les de cordura para hablar con la otra parte normalmente delante de los chicos, al menos.

El odio, el rencor, no ayuda en absoluto. Tratemos de no ejercer venganza, por ejemplo, irse de vacaciones para las fiestas con los hijos y que el otro no sepa donde fueron y no pueda saludar o regalar a sus hijos. Ese daño no es sólo para él o la que causó el problema.

“Y PERDÓNANOS NUESTRAS DEUDAS, COMO TAMBIÉN NOSOTROS PERDONAMOS A NUESTROS DEUDORES.”

“PORQUE SI PERDONÁIS A LOS HOMBRES SUS OFENSAS, OS PERDONARA TAMBIÉN A VOSOTROS VUESTRO PADRE CELESTIAL. “  
MATEO 6:12 Y 14
Juan 15.9-17
Para algunos cristianos el Señor Jesús es Salvador, Señor y Maestro, pero pocas veces Amigo. Podemos tener dificultad para entender el concepto, pero para Él no. Una vez que seamos capaces de entender qué clase de compañero es, nos daremos cuenta de que una vida verdaderamente gozosa solo es posible al tener su amistad.
Él nos acepta. Su aceptación incondicional significa que podemos acercarnos al Señor, incluso con toda nuestra sucia carga de pecado. Su intención no es dejarnos en nuestro estado presente.
Él nos acompaña en nuestras pruebas. La promesa de Dios de que nunca nos dejará ni desamparará se repite a lo largo de toda la Biblia (Dt 31.6; He 13.5). Esa promesa es real para cada creyente, gracias a la compañía del Espíritu Santo, quien actúa como nuestro Consolador y amigo fiel durante los momentos dolorosos.
Él nos responde. El Señor no tiene necesidad de dormir, comer o irse de vacaciones. A diferencia de los humanos, nunca está demasiado ocupado para suplir nuestras necesidades o dar respuesta a nuestras oraciones.
Él nos escucha. Podemos hablarle de nuestras dudas, tristezas y alegrías, pues desea que acudamos a Él. Todo lo que le digamos —incluso con gritos y lágrimas— será recibido con la garantía de que Él nos ama, tiene un plan para nosotros y nos auxiliará cuando sea necesario. El Señor hace más que simplemente escuchar: habla por medio de la Biblia. En la Palabra de Dios, encontraremos su respuesta a cada circunstancia que enfrentemos.
Como dice el antiguo himno: “¡Oh qué amigo nos es Cristo!”
SALMO 68:1 Levántese Dios, sean esparcidos sus enemigos, y huyan de su presencia los que le aborrecen. (Reina y Valera)
Cuando Dios entra en acción, sus enemigos se dispersan; los que le odian huyen de su presencia. (Dios Habla Hoy)
La presencia de Dios es tan poderosa, que ante ella los enemigos del Señor tienen que huir derrotados.
La Biblia nos enseña que el Señor está sentado en el trono, como una figura de que está gobernando con autoridad y superioridad, pero cuando se levanta es para ejecutar justicia y verdad.
El pasaje de hoy dice que los enemigos huyen de Su presencia. Siempre la luz esparce a las tinieblas. Se dice que la velocidad de la luz es de 300,000 kilómetros por segundo. Es como un rayo que aparece a una velocidad increíble. Cuando la luz aparece la oscuridad desaparece.
Ése es el concepto del pasaje de este día: Cuando clamamos al Señor para que nos ayude a vencer a nuestros enemigos, Él se levanta y a la velocidad de la luz ellos son esparcidos.
Los cristianos tenemos autoridad delegada en el Nombre de Jesús. Si los cristianos utilizáramos con mayor fervor y vehemencia la Autoridad de Cristo como utilizamos otras cosas, hace tiempo que tendríamos un avivamiento en nuestras ciudades, y naciones.
La autoridad de nuestro Dios nos pertenece pues El la delegó a Su Iglesia, que es el Cuerpo de Cristo, compuesta por todos aquellos que le han recibido como El Salvador y caminan en fiel obediencia a Su Palabra.
¡Muchos cristianos temen hacer guerra espiritual, cuando en realidad Dios nos designó para que las fuerzas del mal nos teman a nosotros pues tenemos de nuestro lado la autoridad de Cristo!
Es tiempo que en tus asuntos personales utilices la autoridad de Cristo para esparcir a tus enemigos, que en definitiva son también los enemigos de Dios. No te quedes pasivo ¡Utiliza la autoridad de Cristo y verás cómo tus enemigos son esparcidos!
CONFESIÓN DE FE: MIS ENEMIGOS SON ESPARCIDOS EN EL NOMBRE DEL SEÑOR
ORACIÓN:
¡Gracias Señor porque en Ti tengo autoridad espiritual para batallar contra las fuerzas del mal y verlas esparcidas en el Nombre de Cristo! Amen.
¡Gracias, Dios, por la abundancia de tu misericordia! Tus misericordias son nuevas todas las mañanas (vea Lamentaciones 3:22, 23). Seguramente, separados de su presencia, sin su compasión y su buena voluntad de perdonarnos todo, llevaríamos vidas miserables, derrotadas y desgraciadas.
Cuando meditamos en la piedad de Dios y tomamos conciencia de cuánto nos perdona voluntariamente y de verdad, podemos mostrar piedad a otros de manera mucho más fácil. Las buenas relaciones son imposibles, a menos que seamos generosos con la piedad y el perdón. Ser misericordiosos simplemente significa que somos buenos con quienes no se merecen esa bondad. Hemos recibido de Dios bendiciones inmerecidas, y espera que nosotros demos a otros lo que hemos recibido de Él. Deje que la bondad de Dios fluya a través de usted, porque lo ha creado para que sea bendito y sea una bendición.
Jesús dijo que debemos perdonar a nuestros enemigos (vea Lucas 6: 37) y ser amables, haciendo favores de manera que las personas sean beneficiadas por ellos. De este modo, nosotros mismos demostramos ser como nuestro Padre del cielo, que es misericordioso, amable y bueno. Él prometió que no perderíamos nada y que nuestra recompensa seríagrande. Dios es nuestro Defensor, y siempre avanzaremos cuando hacemos las cosas a su manera.
La piedad de Dios es nueva cada mañana, y yo soy feliz, porque estoy segura de que uso la parte que tengo asignada cada día. Estoy agradecida por un nuevo, fresco comienzo todos los días. Dios desea la misericordia, no el sacrificio. Cuando cometemos errores, no quiere nuestro sacrificio. Jesús es el único sacrificio que alguna vez fue necesario. Quiere que nosotros admitamos nuestros errores, nos arrepintamos, y recibamos el perdón y la gracia. Cuando otros cometen errores y nos lastiman o nos ofenden, quiere que nosotros les demos misericordia y no requiramos sacrificios de ellos. Esto significa que no trataremos de hacer que la gente sienta culpa o pague por sus errores, sino que, en cambio, les daremos el regalo de la misericordia, así como nosotros mismos recibimos ese don de Dios.
Que seamos sabios para dar gracia hoy, porque ninguno de nosotros sabe cuánta misericordia necesitaremos mañana. Aprendamos a dar y recibir misericordia regularmente. Dejemos que la misericordia sea un estilo de vida para nosotros.
Aun cuando las cosas no salen como queremos
J
eremías 29: 11
“Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza”. (Versión: Nueva Versión Internacional)
Hay momentos en nuestra vida en donde quisiéramos que las cosas fueran de una manera que realmente no son. Todos hemos querido que por arte de magia el episodio gris que estamos viviendo sea transformado por un episodio lleno de colores gloriosos que reflejen nuestra felicidad ante dichas situaciones.
Pero hay que ser realistas, las cosas muchas veces no salen como nosotros queremos y es porque Dios que conoce el pasado, como lo presente, así como también el futuro sabe mejor que nosotros lo que es mejor para sus hijos y por eso las cosas no salen como quisiéramos.
Tu puedes tener planes que aparentemente sean muy bonitos, nadie te quita que quizá las intenciones de esos planes son sinceras, pero aun así no hay una seguridad que las cosas serán como tu quieres y es porque antes de todo eso tienen que pasar la revisión divina, que va mas allá de lo que nuestro ojos humanos pueden ver, esa revisión que lleva como objetivo asegurarte un resultado adecuado a la voluntad de Dios.
Es por esa razón, que en momentos en los cuales las cosas no están saliendo como nosotros queríamos debemos de tener la paciencia y la confianza necesaria como para estar seguro que a los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien.
Es que somos buenos para saber lo que la Biblia dice, ¿Pero seremos tan bueno como para poner en practica lo que ella nos dicta?
Dios quiere que cada uno de nosotros entendamos que sus planes maravillosos muchas veces son distintos a los que nosotros humanamente hemos dictado. Dios tiene algo hermoso para tu vida, no hay duda, pero ¿Estarás en la disposición de esperar eso hermoso?, si yo se que lo quieres ahora o nunca, yo también, pero es necesario que entiendas y que yo también entienda, que las cosas no se dan como yo quiero, sino como Dios quiere, y esto es por una sencilla razón: EL LO CONOCE TODO Y SABE QUE ES LO MEJOR PARA TI Y QUE MOMENTO ES EL ADECUADO.
Posiblemente tu estabas pensando colgar los guantes de la fe, el tiempo limite había llegado y las cosas no salían como tu querías, pues ahora Dios me dice que te diga que su tiempo no se mueve según tus emociones, sino según su voluntad y a pesar que en este momento de panorama gris no vez ningún arco iris, ten por seguro que al final del diluvio su señal del pacto estará ahí presente.
Amado hermanos, no te desesperes, Dios tiene un tiempo para todo y el no se ha olvidado de ti de tu promesa, y a pesar de que todo parece en contra, no debes de dudar ningún segundo que El cumplirá lo que ha prometido, pues no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta.
Las cosas no están saliendo como querías, pero ten por seguro que cuando todo termine las cosas serán mejor de lo que un día te imaginaste que serian.
Todos queremos ser felices, por naturaleza humana nadie desea ser infeliz. Los sentimientos y emociones son de vital importancia, estamos constituidos de tal manera que los sentimientos juegan en nosotros un papel predominante, por tanto, siempre estaremos en búsqueda de la felicidad.
Lo que debemos analizar es si realmente queremos ser felices, y conocer el verdadero gozo. Existe un camino que nos indica la Palabra de Dios:
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.” Mateo 5:6
Bienaventurados, dichosos, es decir, ¡verdaderamente felices los que tienen hambre y sed de justicia! No dice los que tienen hambre y sed de “felicidad”, dice de “Justicia”, y ¿Qué es justicia? El diccionario bíblico da el significado de: “correcto”, “rectitud”, “equidad”, “piedad”; estos vocablos se refieren tanto a la norma recta como a la acción ordenada y justa.
Es decir ¡Lo que más debo anhelar es ser justo, recto, correcto, equitativo, y piadoso! Este significado es semejante a la “santidad” ya que este implica ser apartados del montón y encontrarse en una búsqueda constante de hacer lo correcto. Si nos enfocamos en ser justos y santos, entonces automáticamente conoceremos la felicidad.
Te animo a cambiar de mentalidad, no te enfoques en buscar la felicidad, sino en conocer a Cristo y ser como ÉL “Justo y Santo”. Si obedeces y tienes ese deseo y anhelo de seguir los pasos de Jesús ya no necesitarás buscar la felicidad ¡porque la encontrarás en Él! y será Cristo quién llene de gozo tú corazón.
¿Quieres ser feliz? ¡Busca a Jesús!



¿Quién dijo que era el fin?, si, quizá lo pensaste, seguramente paso por tu mente, pueda que todo a tu alrededor diga que ahora si se acabo todo, pues por donde veas pareciera que todo llego a su fin.

Y es que es fácil dejarse llevar por lo que nuestros ojos ven, por lo que nuestra mente quiera pensar, pero más allá de lo que vemos o pensamos existe algo que se llama: FE.

La Biblia la define como: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Hebreos 11:1 RVR1960).

Creo que la mayoría de nosotros nos hemos enfrentado a desilusiones en cualquier ámbito, ya sea laborales, ministeriales, familiares o sentimentales. Situaciones que nos hicieron entristecernos y hasta pensar que ya nada sería igual, que quizá todo iba a ser peor.

Como cuando aquel chico o chica pierde al supuesto “amor de su vida”, cree que la vida se ha acabado, que no encontrara jamás a alguien como él o como ella, que jamás volverá a ser feliz.

Como cuando pierdes aquel empleo en donde quizá ganabas muy bien y en donde podías comprarte todo lo que querías, y ahora piensas que nunca encontraras otro como ese.

Como cuando aquel privilegio que tanto anhelabas en tu Iglesia y por el cual oraste mucho, ya no lo tienes, quizá porque decidiste dejarlo o porque hubo varios factores por los cuales se te tuvo que retener por un tiempo.

Como cuando tienes una discusión con una personas que quieres mucho, quizá tu amigo o amiga, quizá un familiar, y ahora crees que esa relación jamás volverá a ser la misma.

Situaciones como esas pueden en algún momento hacernos pensar que todo está acabado, que las cosas llegaron a su fin, que tu vida ya no tiene sentido o que las cosas jamás volverán a ser tan “lindas” como lo eran.

Y es que a través del tiempo he comprendido que todo lo que llega a su fin para mi, apenas comienza para Dios. Lo que para ti es un fin, para Dios es un comienzo.

Y digo un comienzo porque Dios hace cosas mejores de las que nosotros creemos que pueden hacerse, Dios tiene un estilo único de actuar, con su estilo nos sorprende y siempre saca lo mejor de todo para el beneficio nuestro.

Cuando a mi vida vienen esos momentos de frustración, esos momentos en donde siento y pienso que esto o aquello se termino, viene a mi mente unas palabras que la Biblia nos muestra en el siguiente pasaje:

“Pon tu vida en sus manos; confía plenamente en él, y él actuará en tu favor” Salmos 37:5 (TLA)

Cuando la confianza en ti y en lo que puedes hacer desfallezca, es momento de poner tu vida en sus manos, es momento de confiar plenamente en Él, porque si lo haces de corazón entonces Él actuará a tu favor, es decir: Las cosas te serán de beneficio.

Lo que tú crees que es el fin, es nada más el inicio de lo que Dios comenzara a hacer en tu vida, lo que tú crees que está perdido, Dios lo puede restituir. Así es Dios, por los siglos de los siglos lo ha demostrado.

¿Qué te aflige en este momento?, ¿Qué te abate?, ¿Qué te quita el sueño?, ¿Qué es lo que crees que no volverá a ser lo mismo?, Dios tiene el poder para calmar cualquier tempestad y hacer que todo vuelva a la normalidad y a veces hasta mejor de lo que creímos que seria.

Depositemos nuestra vida en sus manos, confiemos sin titubear en El, confiemos a plenitud, que nada ni nadie evite que sigamos confiando en lo que El hará, porque si lo hacemos, tenemos que tener la confianza, la certeza, la convicción de que actuara a favor nuestro, para nuestro bienestar que es lo que siempre Dios anda buscando para nosotros.

Lo que para ti es el fin, para Dios es el comienzo de algo maravilloso que hará en ti.


Hace unos años estaba yo en el consultorio de un contactólogo y en ese momento estábamos una señora joven con un nene de menos de tres años de edad. La mamá muy agradable y mientras conversábamos el hermoso niño jugaba con una pieza de cristal tallado, bastante pesada. En la cual había dentro pequeños trozos de cristales de colores y la transportaba de un lado a otro.

Yo  le hice notar que era una pieza de valor y que si se caía podía lastimarlo por el peso y quebrarse en pedazos. La joven me dijo “YO SE LO DIJE Y NO QUIERE, SI SE LO SACO VA A EMPEZAR A GRITAR.” Bien yo no podía convertirme en la que le sacaba el juguete al niñito y que empezara a gritar. Por suerte alguien de adentro salió y se lo llevó y aunque  la criatura lloró un poco todo terminó allí.

Me imagino que se darán cuenta que forma de educación le estaba dando esa madre a ese hijo que para que no gritara lo dejaba jugar con cosas peligrosas, ajenas. Es decir que se las daba ganadas porque gritaba. En nuestros días muchas madres no piden oración por el hijo o la hija que no les hace caso, que hace lo que quiere. Con todo respeto yo le pregunto a esa señora ¿cómo y cuándo comenzó esto?

Así como lo dice la Palabra “que tu si sea si y tu no sea no”  Tu hijo no te va  a querer menos porque le pongas límites. Los límites hacen de las personas hombres y mujeres fuertes que a su vez saben tratar a otras personas. El que no tiene límites es un mal alumno, un mal empleado, y alguien que no tiene idea de lo que es respetar a los demás.

Aprendamos a poner límites antes de que sea demasiado tarde. No hace falta de ninguna manera castigos físicos, pero si  condiciones que en caso de no cumplir con lo debido no les permita hacer otras cosas. El enseñarle a nuestros hijos a comportarse es una forma de amar a nuestro prójimo.

MARCOS 12:31 “ Y EL SEGUNDO ES SEMEJANTE;  AMARAS A TU PRÓJIMO COMO A TÍ MISMO.”