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Muchos nos enorgullecemos al decir que somos Cristianos, que somos hijos de Dios nacidos de nuevo, que creemos en Dios y que Él es nuestro Rey y Señor.


Pero la fe siempre tiene que ir acompañada de buenas obras, es decir que si yo grito a los cuatro vientos que soy hijo de Dios, antes de gritarlo tengo que mostrarlo, ¿Cómo?, a través de nuestras acciones.


Santiago en su carta nos da una lección de lo que realmente significa ser cristiano y ser fieles a Dios. Quiero que leamos literalmente el mensaje que él nos da:



Santiago 2:15-24(RVR1960)

15 Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día,
16 y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha?
17 Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.
18 Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.
19 Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.
20 ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta?
21 ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar?
22 ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras?
23 Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios.
24 Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe.

 

¿Qué hablan más?, ¿Tus palabras o tus acciones?, reflexionemos en nuestro caminar diario, examinemos nuestra forma de vivir la vida cristiana, que nuestra fe sea testificada a través de acciones, que nuestras acciones hablen más que nuestras palabras.


La salvación es por gracia no por obras para que nadie se gloríe, pero hoy hacemos obras no para ganar la salvación, sino porque nuestras acciones hablan sobre lo que predicamos y porque a Dios le agrada que las hagamos.

¿Está a tu alcance hacer una buena acción?, ¿Qué esperas?

 




Hay momentos en la vida cuando las luchas, los desafíos y las desesperanzas parecen rodearnos y hasta oscurecer el cielo.

Cuando ya las fuerzas se pierden descubrimos que aún el cielo sigue abierto. A Dios nos dirigimos en oración y nueva fuerza nos inunda.

”¡Mi padre nos ha creado dificultades a todos! —exclamó Jonatán—. Una orden como esa solo puede causarnos daño. ¡Miren cómo he cobrado nuevas fuerzas después de haber comido un poco de miel”! 1 Samuel 14:29

“Pues éramos esclavos pero, en su amor inagotable, nuestro Dios no nos abandonó en nuestra esclavitud. Por el contrario, hizo que los reyes de Persia nos trataran favorablemente. Él nos dio nuevas fuerzas, para que pudiéramos reconstruir el templo de nuestro Dios y reparar las ruinas. Nos dio una muralla de protección en Judá y en Jerusalén”. Esdras 9:9

“En cambio, los que confían en el Señor encontrarán nuevas fuerzas; volarán alto, como con alas de águila. Correrán y no se cansarán; caminarán y no desmayarán”. Isaías 40:31

Podemos estar derribados pero aún no derrotados. En su fuerza nos levantamos nuevamente.