En una ocasión un joven rico se presento delante de Jesús y le pregunto: “Entonces vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna?” Mateo 19:16 (Reina-Valera 1960).Nuestro Señor Jesús le contesto citándole los mandamientos que tenia que guardar, sin embargo este joven era un practicante de esos mandamientos y por eso le contesto: “El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta?” Mateo 19:20 (Reina-Valera 1960). Fue allí en donde nuestro Señor Jesús entendió que se trataba de un joven que tenia la intención de agradar a Dios, pero había algo en él que no le permitía a totalidad ser ese hombre que él pensaba o quería ser, por eso nuestro Señor le dice: “Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme.” Mateo 19:21 (Reina-Valera 1960).
El joven al escuchar las palabras del Maestro se entristeció, la Biblia lo relata de la siguiente forma:“Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.” Mateo 19:22 (Reina-Valera 1960).
Al igual que el joven de la historia bíblica muchos de nosotros hemos decidido agradar a Dios en todo y a veces hemos considerado que lo estamos logrando, pero muchas veces hay cosas que sin darnos cuenta no hemos entregado al Señor.
Si este día le preguntarás al Señor: “¿Qué me falta para agradarte?” Y Él te respondiera señalando alguna área de tu vida, ¿Serías capaz de dejar de hacer eso?, ¿Serías capaz de entregar a Dios esa área?, ¿Serías capaz de renunciar a esa amistad o relación?, ¿Serías capaz de deshacerte de ese ídolo que has construido?, ¿Serías capaz de tomar esa decisión tan difícil pero necesaria?
No vamos a negar que todos tenemos áreas de nuestra vida que muy bien sabemos que tenemos que mejorar. La gran mayoría de nosotros sabemos que es aquello que nos está causando tropiezos o sentirnos indignos delante de Dios, sin embargo muchas veces no hacemos nada por solucionar ese problema, no hacemos nada por dejar ese mal hábito, no hacemos nada por decir NO a ese pecado y seguimos viviendo con eso en nuestra vida.
Hoy te hago una pregunta directa:
¿Qué es lo que te falta entregar?
Sé sincero contigo mismo, examina este día tu vida, tu corazón, tus pensamientos y detecta aquello que hasta este día no le has entregado al Señor y con toda humildad reconoce tu falla y entrega en las manos del Señor eso que tanto te ha estado afectando.
Ya no es tiempo de seguir viviendo con esas piedras en los zapatos que te impiden caminar correctamente. Es hora de detenerse, detectarla, sacarla y comenzar a caminar como Dios se merece que caminemos.
La clave para ser agradables a Dios esta en la suficiente humildad que tengamos para reconocer que tenemos un problema o una área que no le hemos entregado al Señor. Desde el momento que reconocemos que tenemos un problema comienza el Espíritu Santo de Dios a obrar en nuestra vida dándonos la capacidad para salir adelante y solucionarlo, dándonos el valor que necesitamos para tomar las decisiones que haya que tomar.
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