“Y se agolpó el pueblo contra ellos; y los magistrados, rasgándoles las ropas, ordenaron azotarles con varas. Después de haberles azotado mucho, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con seguridad. El cual, recibido este mandato, los metió en el calabozo de más adentro, y les aseguró los pies en el cepo. Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían”.
Hechos 16:22-25
Esta es una de esas historias que me hacen reflexionar en el amor verdadero que un discípulo del Señor tiene que tener por El. Es impresionante la reacción de Pablo y Silas frente al suceso que estaban experimentando, sin lugar a dudas, un ejemplo para nosotros hoy en día.
Pablo acaba de echar un espíritu de adivinación de una muchacha, los amos de esta muchacha que se lucraban del espíritu de adivinación que esta tenia se enojaron contra Pablo y Silas, al ver que su fuente de dinero estaba perdida, la muchacha había sido libre y no podría nuevamente adivinar a las personas que lo solicitaran.
Los amos de la muchacha llevaron a Pablo y Silas al foro de las autoridades para acusarlos de alborotar la ciudad y enseñar “costumbres” que no eran para los romanos. Dice la Biblia que en seguida la gente se agolpo y los magistrados ordenaron azotarles con varas.
Pero no solo eso, la Biblia describe que los “azotaron mucho” y luego los echaron a la cárcel, en el calabazo de más adentro es decir el que era para los más malos y además de eso les aseguraron los pies con un cepo.
¿Imagínate tu, ser azotado, maltratado, enviado a la cárcel con un cepo en tus pies solo por llevar a cabo la obra del Señor?, creo que la mayoría de nosotros si nos ocurriera algo así quizá desistiéramos de hacer lo que Dios nos ha mandado.
Y es que en la vida recibimos muchos azotes por diferentes medios, ya sea por tratar de llevar a cabo la obra del Señor, quizá por malas decisiones que tomamos o por descuidar nuestra vida espiritual, y sin duda todos ellos duelen mucho. Pero, ¿Qué haces tú luego de haber sido azotado mucho?, ¿Reniegas?, ¿Te enojas contra Dios?, ¿Desiste de llevar a cabo su obra?, ¿Te rindes y cuelgas las botas?, ¿Qué haces?, ¿Cuál es tu reacción?
Espectacularmente Pablo y Silas cantaban a Dios, ¿Imagínate después de haber recibido tal castigo, ellos todavía cantaban a Dios?, sin duda estos hombre se merecen que me quite el sombrero, realmente yo no sé que hubiese hecho, seguramente hubiera renegado de algo, quizá le hubiera preguntado a Dios: ¿Por qué lo permitiste?, quizá le hubiera sacado en cara que soy su hijo o su servidor, algo de eso quizá hubiese hecho, mas estos hombres eran diferentes, estos hombres amaban a Dios pese a las circunstancias, ellos confiaban en el Señor.
¿Estás siendo azotado por la vida?, ¿Por las malas decisiones?, ¿Por las malas alianzas?, ¿Por tratar de vivir una vida agradable a Dios?, no es hora de llorar, no es hora rendirse, no cuelgues las botas ni los guantes, Dios no ha terminado contigo, en lugar de eso canta, alaba al Señor, adórale, exalta su Nombre, porque El esta observándote y estoy seguro que te bendecirá.
Posiblemente te sientas encadenado, en la celda más profunda, pero cuando comienzas a cantar al Señor hay un mover sobrenatural que hace que seas libre de toda cadena y que toda celda por muy profunda que sea, sea abierta.
“Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron”. (Hechos 16:26)
¡Vamos! Canta, Alaba, Dios quiere escuchar tu dulce voz, que tu corazón cante porque los oídos de Dios están atentos a tu cantico y será recibido como un olor fragante delante de su presencia, Canta, porque mientras le cantas y lo adoras serás libre de todo aquello que te tiene atado, encarcelado y azotado.
Hoy es día de Cantarle con un corazón sincero, porque su poder nos hace Libres.
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