Jeremías 31:13(RVR1960):
"Entonces la virgen se alegrará en la danza, los jóvenes y los viejos juntamente; y cambiaré su lloro en gozo, y los consolaré, y los alegraré de su dolor".
Hace muchos años dirigía un grupo de jóvenes muy bendecido, teníamos el privilegio de que Dios nos usaba de una manera singular. Cada semana llevábamos muchos invitados y cada reunión siempre habían conversiones, a veces Dios nos sorprendía convirtiendo a todos los invitados que nos visitaban.
Yo amaba ese grupo de jóvenes, lo había visto crecer, recuerdo perfectamente a cada joven que paso por ese grupo, porque eran mis ovejitas, los cuidaba, oraba mucho por ellos, los visitaba y siempre tenía tiempo para compartir una consejería con cualquier de ellos.
Recuerdo en especial a alguien que siempre tenía una sonrisa en su rostro, sonreía de tal manera que contagiaba, era increíble la forma de cómo podía mantener esa sonrisa dibujada en su rostro pese a cualquier circunstancia.
En una de las muchas ocasiones en que hablábamos me pude percatar que su sonrisa no era verdadera, que ella sonría como un escape a sus problemas, como un escudo frente a las situaciones que realmente estaba pasando, como una forma de escape de la vida real.
Mientras hablábamos comenzó a llorar y a expresarme lo que realmente sentía en su corazón, le di algunas palabras que sentí decirle en ese momento, la comprendí y ore de una forma especial por ella. Ese día me di cuenta que a veces estamos rodeados de personas que parecen felices, personas con una enorme sonrisa en su rostro, pero que realmente dicha sonrisa es falsa.
Y es que a veces nos cuesta ser sinceros en la vida, nos cuesta reconocer nuestros problemas, reconocer nuestros errores y vamos por la vida con una sonrisa de oreja a oreja, pero que muy en el fondo es falsa.
¿Cuántos de nosotros hemos pasado por lo mismo?, hemos estado sonriendo, mientras por dentro lloramos amargamente. No se trata de que nos hagamos los fuertes, ni que nos refugiemos en una falsa sonrisa, ni mucho menos que busquemos otras clases de escapes para no aceptar la realidad. Lo ideal sería que reconociéramos nuestro estado y buscáramos la forma de salir de esa situación y cambiar esa sonrisa falsa en una verdadera.
Quizá muchos de nosotros actualmente caminamos por la vida mostrando una sonrisa falsa, la gente piensa de nosotros que somos felices, muy alegres, muy gozoso, que siempre estamos en victoria, que no hay nada que borre la sonrisa de nuestro rostro, pero la realidad es que a lo mejor solo es un escape para aceptar la realidad, esa realidad que te hace llorar cuando estas solo, esa realidad que te deja un sabor amargo en la boca, porque simplemente no puedes ser sincero contigo mismo.
Hoy quiero invitarte a que nos sinceremos delante de Dios, a que reconozcamos nuestra necesidad de Él, a que nos rindamos y depositemos en El todo aquello que nos quiere evitar que sonriamos verdaderamente.
Hoy te motivo a que busques ayuda, a que te acerques a personas de confianza, llenas de la presencia del Señor y de mucha sabiduría, para que puedan escucharte, darte una palabra y apoyarte. Lo que hayas hecho o lo que estés pasando, jamás será invencible, estoy seguro que Dios te dará una palabra especial por medio de sus siervos.
La mejor forma de eliminar una falsa sonrisa de nuestro rostro, es depositando nuestras cargas en el Señor, reconociendo que nosotros solos no podemos y permitiéndole actuar a placer a Él en nuestra vida. Entonces Dios borrara esa sonrisa fingida, y dibujara una hermosa sonrisa en tu rostro, como quizá nunca antes se ha visto en ti.
Dios quiere dibujar una linda y verdadera sonrisa en tu rostro.
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