Cargas se van acumulando en tu vida, de esas cargas que parecieran que son más pesadas de lo que pudieras sobrellevar, pero que si han sobrevenido a tu vida es porque tienes la capacidad en Dios para sobrellevarlas.
Hay algo que tienes que entender y es que todos aquellos que hemos declarado amar a Dios enfrentamos diferentes situaciones que sobrecargan nuestra vida. Hablo de diferentes problemas que nos sobrevienen, no porque amemos a Dios, sino porque es parte de la vida, son situaciones cotidianas a veces producidas por nuestras propias decisiones y en otras ocasiones son el resultado de algo que en el momento no entendemos, pero que con el tiempo lo comprenderemos.
Para muchos mis problemas pueden parecer grandes o pequeños, para mí los problemas de otros pueden parecer insignificantes o demasiados difíciles, pero lo bien es que independientemente de cómo los cataloguemos hay una regla en cada uno de ellos: Ninguno puede derrotarnos si tan solo dependemos de Dios.
Cuando enfrentamos un problema no deberíamos hacerlo pensando que ese problema nos ha de derrotar, sino al contrario, cuando enfrentemos problemas debemos hacerlo confiando firmemente en que Dios está de nuestro lado y que al final saldremos victoriosos.
La mejor forma de enfrentar los problemas de la vida es depositando toda nuestra confianza en Dios, confesando con nuestra boca que todo lo podemos en Cristo quien nos ha de fortalecer, pero al mismo tiempo demostrando en quien hemos creído a través de actitudes que griten más de lo que podemos hacerlo con nuestra voz.
Quizá hoy estés enfrentando un problema muy grande, mis preguntas para ti serían: ¿Cuál es tu actitud frente a ese problema?, ¿Qué palabras salen de tu boca en este momento?, ¿En quién estás confiando?, ¿Quién es el primero que viene a tu mente para solucionar ese problema?, ¿Dios, una persona, una institución?, cuando anteponemos personas o instituciones como posibles solucionadores de los problemas en lugar de a Dios es cuando nuestra fe se está desviando.
Santiago 1:6(RVR1960):"Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra".
Si bien es cierto Dios puede usar muchas cosas para nuestro bien, no debemos pensar en esas cosas o medios antes que en Dios. Cuando buscamos las añadiduras antes que el reino de Dios estamos haciendo las cosas al revés.
La voluntad de Dios cuando enfrentemos problemas es que podamos estar confiados en Él, Dios quiere escuchar de nuestra boca palabras de fe, frases que expresen lo que en realidad nuestro corazón siente en esos momentos, frases de confianza y fe en Él. Actitudes que hablen sobre nuestra dependencia de él. Cuando Dios ve en nosotros una actitud de dependencia no puede hacer más que tomar ese caso en sus manos y devolvernos en bien aquella fe que demostramos.
Dios honra la fe de los que le creen por esa razón de nada sirve quejarnos y lamentarnos por lo que estamos pasando, pues esas actitudes solo demuestran nuestra falta de fe en medio de la tribulación. Sin embargo cuando lejos de quejarnos o lamentarnos por lo que estamos enfrentando tenemos palabras de fe y confianza, actitudes que demuestran nuestra dependencia de Dios, entonces allí, es cuando Dios no puede resistirse en salir a la ayuda de aquellos que depositan su confianza en Él.
Hoy te invito a dejar a un lado aquellas actitudes de derrota o aquellas frases de lamento, en su lugar levanta tu rostro, mira al cielo y deposita tu total confianza en Dios quien es quien peleará por ti.
No importa la magnitud del problema que enfrentes, confiando en Dios tienes que saber que todo estará bien, porque Dios es quien vela por los suyos.
¡Dios honrará tu fe!
Hebreos 11:6(RVR1960):"Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan".
0 Participacion:
Publicar un comentario