Salmos 112:1-3:
"Bienaventurado el hombre que teme a Jehová, Y en sus mandamientos se deleita en gran manera. Su descendencia será poderosa en la tierra; La generación de los rectos será bendita. Bienes y riquezas hay en su casa, Y su justicia permanece para siempre".
Todos los días desde hace 12 años, la familia Riera viajaba desde su residencia ubicada en Carayaca, estado Vargas, hasta la plaza Sucre de Catia, en Caracas, para predicar el evangelio a todo aquel que se acercara al lugar. Esta tarea les ha permitido cambiar a decenas de personas que durante mucho tiempo fueron esclavos de vicios y estuvieron sumergidos en la depresión.
El equipo era comandado por Miguel Ángel Riera y Elizabeth Rodríguez de Riera, pastores evangélicos, quienes se trasladaban junto a sus 6 hijos en un carro Ford modelo Conquistador del año 1980.
Debido a la antigüedad del vehículo, cumplir con esta rutina diaria representaba para ellos una verdadera travesía.
“Dios premia la constancia”, es un decir, y, en su caso, la grata experiencia que vivieron el pasado jueves 9 de abril así lo demostró.
“Estábamos en una pequeña cola, vimos que varios escoltas detenían el tráfico, pues al parecer venía alguien muy importante. Yo estaba un poco incómoda, porque era muy tarde, pero entonces, al ver por la ventana, me di cuenta de que quien detenía el flujo vehicular era nada más y nada menos que el presidente Nicolás Maduro, con su esposa Cilia Flores”, contó Rodríguez. (La pareja presidencial regresaba del aeropuerto tras acompañar al presidente de Bolivia, Evo Morales).
Fue entonces cuando la impresión de Elizabeth y de su familia se convirtió en verdadero asombro y hasta pánico, pues el automóvil donde se trasladaba el mandatario se ubicó al frente de ellos para evitar que circularan. “Yo me asusté muchísimo, pues me preguntaba: ¿Qué hicimos de malo?”, dijo la luchadora mujer.
Romanos 8:28:
"Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados".
–“Hola, ¿cómo están?, ¿y ese carro?, yo tenía uno igual hace mucho tiempo, me dejaba botado en todos lados”, les refirió el jefe de Estado. “Bueno, Presidente, eso es lo que hay”, comentó Elizabeth con una voz resignada.
“¿Qué dicen si les cambio ese carro por uno como este? Se llevan este hoy y mañana les damos uno igual”, dijo el mandatario, señalando una de las camionetas en la que se trasladaban.
“Sí, sí, síííííí”, gritó la familia. Inmediatamente hicieron el intercambio de los autos y fueron escoltados hasta su residencia. Un muy sentido “Dios lo bendiga, Presidente”, cerró el encuentro.
El cambio formal de los automóviles se realizó al día siguiente en Miraflores con la participación del ministro Rodolfo Marco Torres .
Salmos 31:19:
"Cuán grande es tu bondad, que has guardado para los que te temen,Que has mostrado a los que esperan en ti, delante de los hijos de los hombres"
UN HOMBRE MUY SENCILLO
Al culminar su increíble experiencia, los Riera llegaron hasta su iglesia para testificar el milagro que Dios había hecho en sus vidas y que da fe de los valores de solidaridad e igualdad.
“Pienso que Dios nos quiso honrar, porque no solo se trata del valor monetario del vehículo, sino que quien nos lo obsequió fue el mismísimo presidente de la República”, comentó el pastor Riera.
Para él, el gesto de Maduro da muestra de la profunda sencillez del jefe de Estado, así como de su esposa.
“Ellos se bajaron en plena autopista, no les importó y además prometieron restaurar el vehículo para que fuera el auto presidencial”, comentó.
Desde ese día, la familia cuenta con una camioneta Chery Grand Tigger para trasladarse sin problemas y continuar con su trabajo de construir una sociedad más justa, solidaria y más humana.
0 Participacion:
Publicar un comentario