Casi en todo momento estamos consientes de lo bueno y lo malo, es muy difícil que llevemos a cabo algo que no estemos seguro si es bueno o malo, porque por lo general todos sabemos que cosas agradan a Dios y que cosas no.
Partiendo de lo anterior podemos decir que en MUCHAS ocasiones sabemos que tenemos que hacer lo bueno, pero terminamos haciendo lo malo. La Biblia habla de esto: “y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.” Santiago 4:17 (RVR1960). En otra versión lo dice de esta manera: “Recuerden que es pecado saber lo que se debe hacer y luego no hacerlo.” Santiago 4:17 (NTV). Más claro imposible.
La mayoría de nosotros cometemos el pecado de saber lo que se debe hacer o lo que es bueno y no hacerlo. Considero que 99.9% de las personas que hoy me leen han cometido ese pecado en algún momento de su vida. Y es que hay una gran diferencia entre saber y hacer, la mayoría somos excelentes para la teoría, pero malísimos para la practica.
Ahora bien, ¿Qué es lo que sabes que tienes que hacer y no lo estas haciendo?, ¿Qué es eso que Dios ha estado recordándote los últimos días que tiene que hacer y simplemente te has hecho el de los oídos sordos?
Cuando Dios nos está insistiendo sobre algo que tenemos que hacer, ¡Debemos hacerlo!, porque Él no se cansara de recordárnoslo por todos los medios. Quizá una alabanza hablara sobre lo que tienes que hacer, quizá escucharas una predicación que te lo dice claramente, quizá oíste o escuchaste alguna experiencia de alguien que te recuerda que es lo que tienes que hacer, o por cualquier medio que Dios quiera enviarte un recordatorio, sin embargo, la mayoría de nosotros somos sordos y ciegos a sus llamados de atención y a sus instrucciones. A veces obedecemos hasta que vemos que estamos contra la espada y la pared o hasta que ya estamos metidos en grandes problemas.
Hoy quiero invitarte a hacer a un lado tu voluntad, tus sentimientos, lo que quisieras humanamente hacer, y comenzar a obedecer la voz de Dios, su Palabra escrita y aunque en la practica se te haga muy difícil, es de hombre y mujeres de Dios intentarlo.
Nadie dijo que hacer lo bueno es fácil, pero tampoco es imposible, por ello necesitamos valor, determinación y sobre todo estar cerca de Dios para hacer su voluntad y no la nuestra.
¿Qué es lo que Dios te ha estado diciendo que tienes que hacer?, ¿Qué estás esperando para hacerlo?, ¿Cuántas confirmaciones necesitas?, ¿Qué cosa tiene que pasar para que comprendas que necesitas hacer lo bueno?
¡Ve y hazlo!
¡Dios sonreirá al ver que te decides por hacer lo bueno!
1 Pedro 2:21(RVR1960):
"Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas".
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