MAS BENDECIDOS DE LO QUE PENSAMOS

MAS BENDECIDOS DE LO QUE PENSAMOS






Ayer viendo una película (de la cual me reservo el nombre), que contaba una de las miles de historias de los niños de Sudan y Uganda en África se me llenaban los ojos de lagrimas al ver lo que estos padecen a causa de hombres insensatos que nada mas los ven como objeto de mercancía o los utilizan para realizar sus masacres o sus planes macabros.

Quizá la mayoría de personas que vivimos en esta parte del mundo, hemos escuchado en mas de alguna vez, historias acerca de los niños de África, pero estamos tan acostumbrados a escucharlas que de pronto no reflexionamos en la magnitud del problema que ellos están pasando y que nosotros por Gracia de Dios no experimentamos.

Al hacer una comparación entre la forma en como viven estos niños y como vivimos nosotros, me dolía el corazón, el saber que somos mas bendecidos de lo que pensamos, pero aun así, nos atrevemos a reclamarle a Dios.

Viendo esa película me daba cuenta de lo poco que valoro algunas cosas y de lo desconsiderado que soy cuando quiero que Dios haga cosas que a lo mejor no tienen tanta importancia, pero que me obsesiono por recibir una respuesta.

Esta libertad que nosotros tenemos de hablar de Dios, de predicar en cualquier lugar, de usar una computadora para llevar un mensaje, o el simple hecho de gritarle al mundo que somos Cristianos, no lo tienen todas las personas alrededor del mundo.

Nosotros nos preocupamos por tener la mejor tecnología, una buena computadora, el mejor teléfono celular, ropa que este a la moda, comodidades en nuestro hogar o una bella casa, un buen automóvil, dinero para salir de compras, al cine o a vacacionar, pero ¿En algún momento nos hemos percatado que millones de personas alrededor del mundo no tienen ni siquiera una computadora antigua, ni siquiera luz o agua en sus casas, menos un teléfono celular de última tecnología?, algunos ni casa, mucho menos un vehículo de transporte, sus hijos no tienen juguetes y nosotros los tenemos hasta tirados por toda la casa. Nuestros hijos lloran por que les compremos el último juguete que ha venido a la tienda y esos niños de África serian felices con el juguete mas viejo que nuestros hijos tienen, ¿Te das cuenta de la diferencia?

A lo que hoy quiero llegar es a lo bendecido que somos, sin darnos cuenta. ¿Qué tal si nos hubiera tocado nacer y vivir en un lugar del planeta donde no tenemos las comodidades o libertad que ahora gozamos?, ¿Qué tal si nosotros estuviéramos en su lugar?

Dios quiso que nacieras en ese país en que naciste, quiso que tuvieras esa familia que tienes, quiso que disfrutaras de todo lo que te ha dado, aunque para ti sea poco, para Dios es lo necesario.

Amados hermanos, quizá muchos no comprendan lo que en esta hora estoy escribiendo, quizá la emoción y la reflexión acerca de lo desagradecido que soy en muchas ocasiones no me permiten transmitir el sentir que en esta hora tengo, pero algo quiero que sepas y que reflexiones: Somos más bendecidos de lo que pensamos.

¿Cambiarias tu lugar por alguno de los niños que mueren de hambre?, ¿Cambiarias tu lugar por alguno de los niños que por las noches son asesinados por grupos de “humanos” sin cerebro?, ¿Cambiarias tu casa por el “hogar” que estas familias en esos lugares del mundo tienen?, ¡Por favor no nos quejemos!

La próxima vez que quieras quejarte delante de Dios porque no tienes esto o aquello, por favor reflexiona en lo que sí tienes y en lo bendecido que eres al tener por lo menos eso que tanto desprecias.

Mientras venia esa película las lagrimas salieron de mis ojos y le dije a Dios: “¿Por qué permitiste que naciera aquí y no allí?, perdóname por ser desagradecido, perdóname Señor”.

Hay cosas en la vida que no valoramos, cosas “pequeñas”, detalles “mínimos” con los cuales estamos acostumbrados a vivir y que nos hacen ciegos de la otra realidad, esa realidad que viven millones de familias alrededor del mundo, pero que aun con todo el caos, pobreza, hambruna y guerra, tienen una de las mejores sonrisas que existen en el mundo, cuando ellos ríen nos dan una lección exagerada sobre lo que es la verdadera felicidad, la cual no esta basada en lo material o geográfico, sino en lo agradecido que estas en medio de las circunstancias.

Pido a Dios que nos haga reflexionar, pido a Dios que nos ayude a ser agradecidos, pido a Dios que cada día que nos levantemos le podamos decir: “Gracias Dios, por tu amor y misericordia hacia mi vida”.

Hoy quiero terminar este devocional con una oración especial por todas aquellas personas que no tienen los mismos privilegios que nosotros, aquellas personas que viven en países mucho mas pobres que los nuestros y que quizá nunca gozaran de algunas comodidades que nosotros por gracia de Dios gozamos:

“Padre nuestro que estas en los cielos, te doy gracias por la vida de mi familia, amigos y la mía, te doy gracias por todo lo que nos has dado y al mismo tiempo te pido perdón por lo poco que valoramos lo mucho que nos das. Hoy quiero unirme a mis hermanos a orar por todas aquellas familias que hoy están sufriendo, por todos nuestros hermanos alrededor del mundo que sufren persecución, por aquellos niños que están en peligro, por esas madres que no tienen como alimentar a sus hijos, por todos ellos hoy elevo esta oración, Dios mío cuídalos, provéeles, utiliza algún medio para llegar hasta ellos, transforma la mente y el corazón de esas personas malas que solo quieren poder y riquezas haciendo pobres a sus pueblos, abre puertas en esos países para que tu Palabra llegue, para que tu Palabra los alcance, provoca milagros en esos lugares, muéstrate como ese Dios Salvador, que los pueblos sean testigos de tu Poder. Bendecimos a cada niño, a cada madre, a cada padre, a cada familia, alcánzalos Señor y que un día podamos estar todos juntos delante de ti alabándote por una eternidad, en el Nombre Poderoso de Jesús, Amén.”

La próxima vez que quieras quejarte de algo que realmente no es importante, date cuenta lo mucho que Dios te ha dado y ha hecho en tu vida, y en lugar de quejarte o murmurar, simplemente vuelve tu mirada al cielo y dile al Señor: “¡Gracias Dios mío!”.


¿Sabes una cosa?

¡Eres más bendecido de lo que piensas!


1 Tesalonicenses 5:18(RVR1960):
"Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús".

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