La tormenta hace que muchas veces nuestra vista se empañe para poder observar con claridad y lejos de ver un fin de tormenta solo vemos caer lluvia sobre mojado.
Es difícil creer que una tormenta se va acabar cuando ésta se encuentra en su punto más fuerte, es difícil pensar que después de una tormenta devastadora todo quedará intacto o que las cosas serán mejores que antes de esa tormenta.
Por lógica humana somos pesimistas ante la adversidad, se nos hace muy fácil pensar en que todo saldrá mal, en que las cosas nunca serán igual y en que todo empeorará, pero nos cuesta mucho creer que las cosas pueden ser mejores, que eso que parece imposible puede cambiar para ser posible o que todo será mejor que antes.
Es allí en donde entra en acción la FE, esa que nos motiva a creer en lo que nuestros ojos no ven, esa que nos motiva a confiar en que todo saldrá bien aun cuando todo se ve en nuestra contra.
La mayor virtud del cristiano tiene que ser la FE, creer en lo que no se ve, confiar en lo que se espera que suceda, tener la convicción firme de que las cosas pueden ser diferentes porque Dios está de nuestro lado.
Un cristiano sin fe es cómo un bote sin motor a la derriba en medio de una tormenta, es como un pájaro sin alas queriendo volar hacia el horizonte sin tener el medio para poderlo hacer.
Quizá hoy te encuentres en medio de una tormenta muy fuerte, pueda que todo a tu alrededor se vea mal y que humanamente todos incluso tú mismo pienses que todo saldrá mal, pero aun cuando todo el panorama pinta de esa manera hay algo que en medio de la tormenta nos da la confianza de que algo bueno puede pasar, la FE es la que nos ayuda a sobrevivir en medio de cualquier tormenta no importando que tan fuerte sea.
Es la FE la única que puede salvarnos la vida en medio de las tormentas más violentas que nos toquen enfrentar, es la FE las que nos da vida cuando todo parece muerto, es la FE la que nos da las alas que necesitamos para volar hacia ese horizonte en donde nos encontramos con el creador, es la FE la única capaz de hacernos sobrevivir de lo que parece el fin.
Hoy te invito a seguir teniendo FE, hoy te invito a que no te dejes amedrentar por el panorama que tus ojos ven, hoy te invito a que puedas pedirle a Dios que abra tus ojos espirituales para que puedas observar la forma de cómo Dios está contigo aun en medio de la tormenta más fuerte que a tu vida puede llegar.
No te des por vencido, nunca creas que será tu fin, jamás pienses que todo saldrá mal, porque cuando tienes a Dios de tu lado, lo que parece mal puede convertirse en un bien para ti, porque cuando Dios toma el control de las cosas, TODO PUEDE CAMBIAR.
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