“Por eso, que nadie se sienta seguro de que no va a pecar, pues puede ser el primero en pecar”.
1 Corintios 10:12
Este versículo es el que tradicionalmente conocemos como: “Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga”, solo que lo he querido colocar en la Traducción en Lenguaje Actual porque se entiende de mejor manera.
Dice la misma Palabra de Dios que el enemigo anda como León rugiente buscando a quien devorar, eso quiere decir que diariamente nos enfrentaremos a situaciones que como objetivo llevaran el hecho de alejarnos de la comunión personal con el Señor.
Tú puedes ser el mejor líder, el pastor más reconocido, la servidora mas entregada, la hermana mas consagrada, pero eso no quiere decir que no estés en la posibilidad de fallar.
A veces se nos olvida que somos humanos, que somos débiles ante la tentación y que si nos ponemos a jugar con el fuego, podemos quemarnos. Y es que creemos que por el simple hecho de que ahora somos hijos de Dios ya la tentación es nada para nosotros.
¡Qué equivocados estamos! Cuando venimos a Cristo somos hechas nuevas criaturas, eso quiere decir que nuestro espíritu se ha renovado, que hemos sido perdonados de nuestros pecados y hemos heredado una vida eterna que Dios tiene preparado para los que le buscan de corazón. Pero eso no quiere decir que tu carne a cambiado, al contrario tu carne sigue siendo la misma, sintiendo los mismos deseos de antes, débil ante la tentación o áreas que siempre lo fue, la única diferencia es que ahora ya no vivimos para satisfacer los deseos de la carne, sino para agradar a Dios.
Pero llega momentos en donde a sabiendas de que somos débiles a ciertas cosas, tendemos a buscarlas, porque nos creemos seguros que no pecaremos, por esa razón este versículo en Lenguaje actual dice: “Por eso, que nadie se sienta seguro de que no va a pecar”, es decir tu puedes ser muy espiritual y crees que estas tocando el cielo, pero si te descuidas puedes como dice la siguiente parte de este versículo en Lenguaje Actual: “pues puede ser el primero en pecar”.
Dios no quiere que juguemos con el pecado, no quiere que nos sintamos tan fuertes como para andar buscando la tentación, al contrario, quiere que seamos humildes, que reconozcamos que fuera de Él nada podemos y que cada día estamos batallando por resistir todos los deseos que humanamente nos embargan.
Y es que todos pasamos por lo mismo, no creas que tu eres el único que eres tentado a pecar, no creas que solo a ti te pasa, nos pasa a todos y a diario, cada día de nuestro existir será una nueva pelea en contra de lo que nuestros deseos quieren versus lo que nuestro espíritu anhela hacer para Dios, somos nosotros quienes al final decidimos a quien satisfacer, sabiendo que el resultado puede ser satisfactorio o puede ser desbastador.
Vivamos cada día reconociendo nuestras debilidades delante de Dios, reconociendo que sin su ayuda no podemos resistirnos a pecar, reconociendo que no somos perfectos y que en cualquier momento nos puede llegar el turno de fallar, pero que eso no sea motivo para tirar la toalla, al contrario que eso nos motive y nos muestre que realmente necesitamos cada día más del Señor, porque todavía hay áreas en nuestra vida en las cuales somos débiles.
Que el fallar no sea motivo de alejarte del Señor, al contrario tiene que ser motivo de buscar más de Él, porque no hay manera de salir adelante sin Él, la Biblia dice y el mismo Señor Jesús nos lo dijo: “Separados de mi, nada podéis hacer”.
Vivamos cada día reconociendo que no somos perfectos y que necesitamos día a día del Señor para poder resistir las batallas diarias que enfrentaremos en contra de nuestros deseos, vivíamos humildemente no señalando con el dedo a los que fallan, sino considerándonos a nosotros mismos como candidatos también a fallar en cualquier momento de descuido espiritual, por tal razón busquemos mas del Señor, hagámoslo el Centro de nuestra Vida, reconozcámoslo en todos nuestros caminos y jamás nos olvidemos que ahora vivimos para agradarlo.
No te creas demasiado fuerte como para no pecar, mejor dale gracias al Señor que por su gracia y misericordia eres lo que eres.
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