Proverbios 16:15 (RVR1960):"En la alegría del rostro del rey está la vida,Y su benevolencia es como nube de lluvia tardía".
La mayoría de veces que reímos es porque nos encontramos de buen ánimo; pero hablo de una sonrisa sincera y no fingida, una sonrisa que es el resultado de una seguridad o alguna acción que provoco que en mi rostro se dibujara una sonrisa sincera.
No hablo de una sonrisa de burla o provocada por algo gracioso, sino aquella sonrisa que es también producto de una satisfacción. Como cuando obtuvieron su primera casa y se dibujo en ustedes una sonrisa tan hermosa y sincera por el logro obtenido, como cuando compraste tus primeros muebles y veías que eran los más hermosos que jamás habías tenido.
Hablo de esa sonrisa de satisfacción pero también de felicidad provocada por eventos que de una u otra forma nos hacen felices, como el día que nos dimos cuenta que íbamos a ser padres por primera vez o el día que vimos a ese retoño y lo vimos tan hermoso que en nuestro rostro se dibujo una sonrisa sincera.
Esa sonrisa misma que se dibuja cuando tu hijo o hija por primera vez te dice: “Papá” o cuando tu hijo de tres años te dice: “Papá te amo”, esa sonrisa que aparece producto de la seguridad, satisfacción, pero sobre todo producto de una felicidad que hay en tu corazón que como resultado dibuja la sonrisa más sincera que pueda haber en tu rostro.
¿Por qué no le sacamos una sonrisa a Dios?, ¿Por qué no hacemos que la satisfacción de ver nuestra vida dibuje en su rostro una hermosa sonrisa?
Quiero que Dios sonría porque no me rindo, quiero que Dios sonría porque no me daré por vencido, quiero que Dios sonría al ver que confío en Él, que creo en lo que Él hará a pesar de no ver que esté sucediendo.
Quiero que Dios sonría al examinar mi corazón y descubrir que lo que digo o hago es con toda sinceridad, quiero que Dios sonría al ver el dolor que provoca en mi el fallarle, el no cumplirle, que Él vea que no estoy dispuesto a acomodarme al fracaso, pero que sí quiero intentarlo de nuevo.
Quiero que sonría al ver que no me dejo manipular por el diablo y sus mentiras, quiero que sonría al ver que este mundo tan atractivo no me va a dominar.
Quiero que Dios sonría al ver que lo sigo alabando y adorando a pesar de estar pasando por momentos duros y difíciles.
Quiero que Dios sonría al notar que su sacrificio por mí no fue en vano, quiero que sonría al ver que mi corazón está dispuesto a seguirlo cueste lo que cueste.
Quiero que Dios sonría al ver que la crítica y el menosprecio no me harán desistir de los sueños que Él puso en mi corazón.
Quiero que Dios sonría al ver que cuando más débil me siento, mas creo en lo que Él está a punto de hacer.
Quiero que Dios sonría al ver que no tengo mayor concepto de mí que el que debo tener, quiero que sonría al ver que mi única intención en todo lo que hago es agradarlo y honrarlo.
Quiero que Dios sonría, pero que sobre todo se sienta orgulloso de tener un hijo que lo ama tanto y que está dispuesto a negarse a sí mismo por amor a Él.
Quiero que Dios sonría cada mañana cuando antes de salir de mi hogar pueda hablar con Él y decirle lo mucho que lo necesito para que el día sea perfecto.
Quiero que Dios sonría al ver lo agradecido que estoy por lo que me ha dado en lugar de escuchar las quejas por lo que no tengo.
Quiero que Dios sonría al examinar mi mente y notar que cada minuto del día mí pensamiento es Él y que yo también sonrío por lo Bueno que es cada segundo de mi vida.
Quiero que Dios sonría al ver que no hay nada ni nadie que pueda robarme el gozo que Él me ha dado y que a pesar de cualquier situación que pueda presentarse o esté viviendo, su gozo es mi fortaleza.
Quiero que Dios sonría al verme feliz de saber que no importando lo que este enfrentando, sé que tengo un futuro esperanzador porque Él aun no ha terminado conmigo.
Quiero que Dios sonría al ver tú vida y notar la disposición que a partir de hoy tendrás de hacerlo sonreír con cada acción que realices en tu vida y en tu día a día.
Y tú, ¿Por qué quieres que Dios sonría?
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