Juan 10:9:“Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.”
El gatito blanco y negro de Yuly comenzó a clavar sus pesuñas en los pantalones de su dueña. Ella lo espanto y comenzó a llenar la lavadora de platos.
- ¡Miau! – protesto el gatito.
- Bombón ¿Qué quieres? – pregunto Yuly.
- Bombón ¿Qué quieres? – pregunto Yuly.
Bombón brinco a la puerta serrada de la cocina y la comenzó a arañar
- ¿Estás listo para ir afuera?
El gatito hizo un ruido y de acuerdo con Yuly, sonrió.
- Tú dijiste “Uyyyy, Uyyyy”, ¿Verdad, mi Bombón? – pregunto Yuly – Te abriré la puerta tan pronto termine de meter los platos en la lavadora.
Pero Bombón no quería esperar. De nuevo se pego en los pantalones de Yuly.
- ¡Ay, ay! – exclamo Yuly – Bájate de ahí.
Bombón corría de un lado a otro, subía y bajaba de la mesa y sillas y volvía a correr entre Yuly y la puerta. Al fin se estaciono junto a la puerta y miro a Yuly con sus grandes ojos verdes. “tú eres mi dueña lo máximo para mi” parecía decir “¿Por qué no me abres la puerta, ahora mismo?”. De nuevo el gato corrió y arañaba los pantalones de Yuly.
- Tú ganas, Bombón – dijo Yuly – Ya te abro la puerta.
Se seco las manos y camino hacia la puerta con el gatito pisándole los talones. Cuando abrió la puerta, Bombón dio un brinco para afuera y fue directamente a tenderse al sol, en su lugar preferido. Pero antes se revolcó varias veces en la arena, para limpiarse la piel.
Cuando Yuly terminaba de llenar la lavadora, su mamá entro en la cocina.
- Bombón es bastante inteligente mamá – dijo Yuly – El sabe que no se abre la puerta hasta que viene a mí para que se la abra.
- Entonces de cierta manera tú eres la puerta para el – le dijo la mamá sonriendo – En otras palabras, el camino para ir afuera eres tú. Esa es una ilustración de cómo Jesús es la puerta que nos conduce a Dios Padre. Al confiar en Él, es como si Él abriera la puerta del cielo para nosotros.
- Entonces de cierta manera tú eres la puerta para el – le dijo la mamá sonriendo – En otras palabras, el camino para ir afuera eres tú. Esa es una ilustración de cómo Jesús es la puerta que nos conduce a Dios Padre. Al confiar en Él, es como si Él abriera la puerta del cielo para nosotros.
Yuly y su mamá se reían mientras veían a Bombón brincar en la yerba, divirtiéndose.
- Bombón es muy divertido, y ahora ha sido tu maestro también – observo la mamá – Asegúrate de darle gracias a Dios por ese gatito travieso.
Recuerda:
Jesús abre la puerta para que recibas salvación
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