"Y la mano de Dios estuvo con Elías…" v.46
1 Reyes 18:41-46
1 Reyes 18:41-46
En el año 2009, en un pueblito del Chaco llamado Pirizal, se produjo una larga sequía que amenazaba con dejar en la ruina a todos los habitantes, que subsistían por la ganadería y la agricultura.
A pesar de que la mayoría de los habitantes eran creyentes, ante la situación límite, marcharon a ver al pastor y le dijeron:
-Pastor, si Dios es tan poderoso, pidámosle que envíe la lluvia necesaria para revertir esta situación desesperante.
- Está bien, le pediremos al Señor, pero deberá haber una condición indispensable, respondió el pastor.
- ¡Díganos cuál es!, respondieron todos.
- Hay que pedírselo con mucha fe, contestó el pastor.
- ¡Así lo haremos, y también vendremos a la iglesia todos los días!
Los chaqueños de Pirizal comenzaron a ir a los cultos todos los días, pero las semanas pasaban y la lluvia no venía. Un día, fueron todos a enfrentar al pastor y a reclamarle:
-Pastor, usted nos dijo que si le pedíamos con fe a Dios que enviara las lluvias, Él iba a acceder a nuestras peticiones. Pero ya pasaron varias semanas y no hay respuesta alguna.
- ¿Ustedes pidieron con fe verdadera?, les preguntó el pastor. - ¡Sí, obvio!, respondieron todos casi juntos.
- Entonces, si dicen que pidieron con "fe verdadera" ¿por qué durante todos estos días ni uno solo de ustedes trajo paraguas?
La fe verdadera es descansar en Dios nuestros más profundos anhelos y preocupaciones, considerarlos ya resueltos por nuestro Padre celestial. El Señor Dios tiene toda autoridad, soberanía y poder en todo lo que nos rodea, y siempre velará y responderá si de corazón acudimos a Él.
La fe en Dios es un
gran escudo en la vida.
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