Aprenda a decir ¡no! A sus hijos
Después de una generación que les permitía todo a los hijos, ahora los especialistas dicen que saber educar es saber poner límites. Ya era hora que alguien se atreviera a decir la verdad.
Para los que son padres activos hoy en día y que por lo tanto nacieron y fueron educados entre los años ‘60 ó ‘70, disciplinar a sus hijos ha sido sin duda más complicado de lo que se imaginaban.
Imponer un castigo a mi hijo, ¡ni pensarlo! Porque esa generación de padres creció oyendo que nada es más saludable que dejar que los hijos expresen libremente sus propias emociones y decidan cuales son sus límites y potencialidades. Teóricamente se decía que así se formarían como adultos creativos, curiosos y críticos, con mayor habilidad para tomar las decisiones de la vida.
Pero la realidad ha sido otra muy diferente. Tenemos un cúmulo de adolescentes y jóvenes criados bajo estos conceptos, que se encuentran sin rumbo, desorientados, sin esperanza y sin encontrarle sentido a la vida,
Marta, nació en 1968, en una familia muy conservadora. Yo no tenía libertad para nada.
Nunca pude discutir mis problemas con mi madre. Mi papá no me dejaba salir de casa, casi nunca y si desobedecía, me castigaban duramente, dice Marta.
Hoy, a los 38 años, Marta es madre de tres hijos. Por supuesto ella no quiso cortar la creatividad y la libertad de sus hijos, que ahora no hacen caso a sus débiles insinuaciones, se pelean, gritan, se suben a los muebles, persiguen al perro sin importarles si ensucian el sofá, dejan tirada toda la ropa y los juguetes por el suelo…
Estoy viviendo un verdadero drama, sé que necesito poner límites, pero no quiero repetir con mis hijos lo que mis padres hicieron conmigo. Tengo miedo de que en el futuro ellos me vean como una persona que se pasaba el día gritándoles y les prohibía todo lo que querían hacer, dice Marta.
Millones de padres por todo el mundo se sienten así. No saben o no se atreven a decir ¡NO! y lamentablemente están perjudicando a sus hijos, porque la excesiva libertad sin corrección y sin límites produce adultos que no saben donde empieza la libertad de otros y no conocen sus responsabilidades.
Por supuesto no estamos hablando de aquellos padres que antiguamente exigían una obediencia total de parte de sus hijos, sin mostrarles ningún cariño, afecto, o respeto. No estamos hablando de abuso de autoridad, sino de ejercer el papel de padres tal y como ha sido diseñado.
La psicoterapeuta Asha Phillips dice que desde los primeros meses de vida de los bebés, los padres deben establecer claramente ciertos límites. Padres que evitan decir ¡No! en los momentos apropiados, están robándoles a sus hijos la capacidad de ejercitar sus emociones.
Según ella es incorrecto permitir que los hijos hagan escándalos en el supermercado o mientras caminan en la calle con sus padres. De la misma manera, los adolescentes necesitan tener horarios para llegar a casa y así respetar a los demás miembros de la familia.
Quien dice ¡Si! todo el tiempo, para no tener una imagen de autoritario, está creando una situación fantasiosa y peligrosa que nada tiene que ver con la vida real que estos adolescentes o jóvenes tendrán que enfrentar algún día.
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