1 Corintios 15:9(RVR1960):"Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios".
Muchas veces encontramos personas, que hacen una división
entre ser humildes y mostrarse humildes. Pero el que es sustancialmente
humilde, no tiene problemas en poder mostrarlo naturalmente, porque la humildad
aflora.
Este texto es uno de
los que muestran la humildad del apóstol, y es tan abierto para reconocer lo
que él es, que aun eso, para él es motivo de alabar a Dios diciendo “No soy digno
de ser llamado Apóstol”…pero porque Dios quiso,…”soy llamado apóstol”
Él va a hablar de un
tema tan importante como la resurrección de los muertos, y comienza una
explicación de antecedentes sobre el tema.
Pero no encuentra una explicación más cercana a sí mismo,
que su propia experiencia. En otras palabras él
se ha ganado el derecho y la autoridad de hablar del tema que continua.
El vio a Jesucristo resucitado y no usa ese derecho con
vanidad, sino explicando lo que Dios hizo por Su Gracia.
¡Como necesitamos esta actitud dentro de nuestro propio
ser!. Es en nuestro interior donde debemos comenzar a ser humildes, necesitamos
saber que si algo somos, es por su amor, que no merecemos.
Luego las buenas acciones que hagamos, no importa si los
demás las ven o no, lo importante es que Dios las ve. El orgullo es quien nos
obliga a mostrar las cosas buenas que hacemos, para recibir la gratitud de los
demás, y también los aplausos de la gente.
Lo cierto es que en su momento, Dios se encargara de poner
las cosas en su lugar. Cuando nosotros nos damos una importancia desmedida,
achicamos el trabajo de Dios en nosotros y asumimos una gloria que no nos
pertenece.
Pero ¡que diferente
es darnos cuenta de que todo lo que somos y tenemos es por el!, como nos dice
en:
Romanos 14:7(RVR1960):"Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí".
¡Señor ayúdanos para vivir en humildad dándote la Gloria
solo a ti!.
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