¿Alguna vez has percibido aquel sentimiento de sentirte estancado en tu vida espiritual?
Esa sensación de sentir que no avanzas, que estas en el mismo lugar desde hace mucho y que hasta cierto punto aquellas ganas o aquella pasión que antes tenías por hacer las cosas del Señor parecieran que ya no son las mismas.
Hablo de esos momentos en donde el orar ya no es un motivo de alegrarte, en donde el leer la Biblia se te hace hasta cierto punto tedioso o en donde batallas para no dejarte de congregar o servir. Esos momentos en los que has pensado hasta dejar de hacer lo que Dios te mando a hacer, todo por sentir que estas ESTANCADO.
Al principio de la vida cristiana todo es fácil desde el punto de vista que todo es nuevo para nosotros y queremos aprender más y más. Pero todo llegaremos a un momento en donde por alguna razón sentiremos que ya no avanzamos tanto como antes y en donde pareciera que nos quedaremos allí para siempre, porque no sentimos que algo pueda ocurrir para salir de ese estancamiento al cual hemos caído.
¿Te has sentido estancado en tu vida espiritual alguna vez?, ¿Has dejado de sentirle gusto a lo que antes era tu pasión?, ¿Por alguna razón ya no sientes lo mismo que al inicio sentías sobre los caminos del Señor?, ¿Sientes que quieres avanzar pero no puedes?
Estoy seguro que quizá has experimentado sentimientos como esos, simplemente sentir que no avanzas y lejos de avanzar, sientes que estas retrocediendo.
¡Vamos! ¡No te desanimes!, todos hemos de pasar momentos como esos. Momentos en los que pareciera que perdimos el sentido de lo que hacemos, momentos en donde estamos sirviendo a Dios, pero en donde hemos perdido el enfoque correcto del porque lo hacemos.
Momentos en los que el dejar de orar, leer la Biblia y otras acciones que nos mantenían cerca de Dios nos está afectando y nos quiere hacer creer que vamos en retroceso.
Y es que hay algo que debemos de tener en cuenta y ser consientes: “Si tú dejas a un lado tu relación personal con Dios, entonces comenzaras a sentir poco a poco que las fuerzas se te están agotando y como consecuencia sentirás que estas estancado”.
Si sientes que estás estancado en tu vida espiritual es porque seguramente has descuidado lo más importante: LA INTIMIDAD CON DIOS.
¿Cuándo fue la última vez que buscaste a Dios, sin tener la necesidad de pedirle algo?, ¿Cuándo fue la última vez que levantaste tus manos mientras lo adorabas y sentías que tocabas su manto?
¿Cuándo fue la última vez que le dijiste: “Dios háblame” y pusiste la más enorme atención a la predicación que ese día expusieron?, ¿Cuándo fue la última vez que sonreíste delante de Dios porque estabas agradecido por lo que Él está haciendo en tu vida?
¿Cuándo fue la última vez que le agradeciste por esos detalles que parecen pequeños, pero que Dios como un Gran Detallista ha tenido a bien ponerlos en tu vida para bendecirte?
A veces, nos estancamos en nuestra vida espiritual, porque dejamos de hacer, lo que antes hacíamos, a veces estamos tan acostumbrados a su protección, a su misericordia, a su respaldo, que olvidamos que TODO eso es una BENDICION enorme la cual debemos de agradecer diariamente.
Si tu hoy te sientes estancado es porque seguramente has dejado de buscar a Dios como antes lo hacías, quizá lo buscas, pero tu corazón no tiene la misma disposición que antes tenía. Quizá llegas cargado, anteponiendo tus problemas al Señor, en lugar de ir y descansar en Él, sabiendo y teniendo la certeza que Él cuida de ti.
Tienes que hacer un alto en tu vida, dejar a un lado la rutina que has estado llevando; examinar que es lo que has dejado de hacer y qué es lo que estás haciendo que te está alejando de esa comunión que deberías tener con el Señor.
¿Has dejado de orar?, ¡Entonces comienza a forjar nuevamente ese habito de oración!, ¿Dejaste de leer la Biblia?, ¡Entonces es hora de desempolvarla y comenzar a alimentarte nuevamente!, ¿Dejaste de servir en aquel privilegio que era tu pasión?, ¡Entonces ve y sirve nuevamente!, ¿Dejaste de congregarte?, ¡Qué esperas para ir nuevamente!
Hay cosas que están a nuestro alcance, las cuales nos ayudaran a salir de ese “estancamiento”, pero la pregunta es: ¿REALMENTE QUIERES SALIR DE ALLÍ?
Estoy seguro que si este es tu caso, tú quieres salir de ese estancamiento, pero hay una enorme pesadez de tu parte para hacerlo, quieres, pero no puedes, intentas unos días y luego te acomodas, eso se llama, falta de determinación y disciplina.
Si realmente quieres salir de ese estancamiento, tienes que tener DETERMINACIÓN y DISCIPLINA, para crear nuevamente aquellos hábitos positivos que te mantenían fortalecido y creciendo en el Señor, hábitos como orar, como leer la Biblia, como congregarte, como hablar del Señor con otras personas, como leer un buen libro, como servirle, como ayudar a la gente, cosas como esas que te ayudaran a mantenerte cerca del Señor y haciendo cosas que te ayudaran a crecer espiritualmente y madurar.
Dios quiere ayudarte a salir de ese momento tosco que estás viviendo, de hecho Él siempre ha estado allí queriéndote motivar a seguir el ritmo espiritual que antes llevabas; pero te dejaste llevar por lo que no edifica y te olvidaste poco a poco de Él, mas hoy Dios quiere que entiendas que esta a tu lado para ayudarte a volver al ritmo que nunca debiste abandonar.
El te dice en esta hora:
“Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo”
Isaías 41:13
Hoy es un buen día para decidirte a comenzar de nuevo, para salir de ese estancamiento que poco a poco te ha enfriado y te está llevando al fracaso espiritual, hoy puedes comenzar de nuevo reconociendo sobretodo que DIOS ES QUIEN IRA A TU LADO.
Isaías 41:10(RVR1960):
"No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia".
¡Es hora de salir del estancamiento porque Él te ayuda!
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