Hay momentos en la vida cuando las luchas, los desafíos y las desesperanzas parecen rodearnos y hasta oscurecer el cielo.
Cuando ya las fuerzas se pierden descubrimos que aún el cielo sigue abierto. A Dios nos dirigimos en oración y nueva fuerza nos inunda.
—”¡Mi padre nos ha creado dificultades a todos! —exclamó Jonatán—. Una orden como esa solo puede causarnos daño. ¡Miren cómo he cobrado nuevas fuerzas después de haber comido un poco de miel”! 1 Samuel 14:29
“Pues éramos esclavos pero, en su amor inagotable, nuestro Dios no nos abandonó en nuestra esclavitud. Por el contrario, hizo que los reyes de Persia nos trataran favorablemente. Él nos dio nuevas fuerzas, para que pudiéramos reconstruir el templo de nuestro Dios y reparar las ruinas. Nos dio una muralla de protección en Judá y en Jerusalén”. Esdras 9:9
“En cambio, los que confían en el Señor encontrarán nuevas fuerzas; volarán alto, como con alas de águila. Correrán y no se cansarán; caminarán y no desmayarán”. Isaías 40:31
Podemos estar derribados pero aún no derrotados. En su fuerza nos levantamos nuevamente.
0 Participacion:
Publicar un comentario