"Crece cada día la violencia en el país. Musulmanes, cristianos e iglesias son atacados y masacrados. Ahora, están surgiendo milicias cristianas preparadas con armas para hacerle frente a los musulmanes".
De acuerdo con el informe oficial de la ONU y el Consejo de Seguridad, es, literalmente, “un país sin ley” En el centro del conflicto se disputa por el poder de la nación de 4,6 millones de habitantes.
En general, las noticias sobre el conflicto divulgadas por la prensa hablan de un aspecto étnico. Sin embargo, el embajador de Francia ante la ONU, Gerard Araud, ha denunciado a la comisión de la ONU sobre derechos humanos: “Crece cada día la violencia en el país. Musulmanes, cristianos e iglesias son atacados y masacrados. Ahora, están surgiendo milicias cristianas preparadas con armas para hacerle frente a los musulmanes”.
Oficialmente, la ex colonia francesa tiene un 66% de cristianos y 17% musulmanes. Incluso la minoría, los islamistas quieren imponer la sharia por lo que conflicto político se ha convertido en una verdadera guerra religiosa.
En la ciudad de Bossangoa, lugar natal del ex presidente, miles de cristianos han huido de sus hogares después de los ataques de rebeldes yihadistas. Más de mil de ellos se refugiaron en la misión católica en el centro de la ciudad, por temor a ser asesinados, pero muchos vieron como sus casas fueron invadidas y quemadas.
El líder cristiano, Juan José Aguirre, explica que los cristianos organizaron una marcha para protestar contra los abusos cometidos por los combatientes musulmanes que invadieron la ciudad. “No les gustó, trajeron sus armas y querían impedir la marcha. La situación se deterioró a partir de ahí, todo empezó. Todos los que murieron eran de nuestra comunidad cristiana”, dijo. “Estamos abrumados, miles de hombres, mujeres y niños solicitan refugio”.
Todavía no ha sido divulgado el número oficial de muertos tras este conflicto. Pero según la ONU, hay cerca de 35.000 refugiados cristianos hasta el momento, las ciudades y pueblos enteros están desiertos. Muchos misioneros extranjeros abandonaron el país a petición de las embajadas que no podían garantizar su seguridad.
Los grupos de derechos humanos acusan a los rebeldes de saqueo, asesinato, violación y el secuestro de niños para convertirlos en soldados. John Ging, jefe de las operaciones humanitarias de la ONU, describe la situación como “caótica”. “La magnitud del sufrimiento es uno de los peores del mundo, cada vez peor. Es un polvorín que podría convertirse en algo muy, muy grande y muy, muy mal”, ha lamentado.
De manera similar a lo que ocurre en otros países africanos, como Egipto, Sudán, Tanzania, Etiopía, Somalia y Kenia, los ataques contra los cristianos se han intensificado. Por lo tanto, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas decidió intervenir, enviando 250 soldados para proteger a los trabajadores de las Naciones Unidas en la República Centroafricana.
Desde el golpe de Estado, el mando del país está en manos de Michel Djotodia, quien invitó a los rebeldes a unirse al ejército nacional.
.
0 Participacion:
Publicar un comentario